El teatro ha sido desde su aparición, parte integrante e inseparable de la actividad humana. En el principio fueron la construcción de armas y estrategias para pelear con el animal, el poder observarse a si mismo en el acto de hacer. Mas tarde la creación de bailes y ritos para atraer a la lluvia o las buenas cosechas, y luego los rituales religiosos, el ser humano ha estado históricamente ligado a la creación artística.
Pero a lo largo de la historia, han ido apareciendo y evolucionando los sistemas de dominación y con ellos su necesidad de quitarles a las personas los medios de producción artística.
Han institucionalizado el arte y los artistas se han convertido en una elite que el pueblo admira e idealiza desde lejos.
...“ Al principio, el actor y el espectador coexistían en la misma persona; cuando se separan, cuando ciertas personas se especializan como actores y otras como espectadoras, es cuando nacen las formas teatrales tal como hoy las conocemos...
... El teatro es una vocación que concierne al conjunto de la humanidad.
El
Teatro del Oprimido es un sistema de ejercicios físicos, juegos estéticos y técnicas especiales cuyo objetivo es restaurar y restituir a su justo valor esa vocación humana, que hace de la actividad teatral un instrumento eficaz
para la comprensión y la búsqueda de soluciones a problemas sociales e intersubjetivos ”. **
Creado por Augusto Boal (o mejor dicho: descubierto por Augusto Boal como él mismo lo define) en Brasil a fines de los años sesenta y desarrollado a lo largo de los últimos años en más de la mitad de países del mundo, el Teatro del Oprimido procura recuperar los medios de producción artística para la masa oprimida.
Se basa en la creencia de que tod@s somos actor@s protagonistas de nuestras propias vidas, mucho más y mejores de lo que creemos ser.
El TO crea un espacio que libera a las personas de la cultura del monólogo, establece la cultura del diálogo, el debate, la discusión. Las personas que lo practican recuperan la auto confianza, la capacidad de cuestionar en lugar de esperar respuestas, de analizar en lugar de aceptar ciegamente, de ser hacedoras de su propia realidad analizando la sociedad en la que viven, descubriendo las situaciones opresivas y los mecanismos que las crean, no solo para entenderlas, sino para buscar de manera colectiva la manera de transformarlas.
1 comentario:
Me encanta tomar clases en distintos talleres, ya que creo que una persona nunca parar de educarse. Recuerdo que cuando era mas joven era capaz de conseguir Pasajes a Buenos Aires desde Bahía Blanca con tal de hacer importantes cursos que solo se dictaban unos dias
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